Archivos para junio, 2011

El agua ha marcado la historia de la población monegrina de Candasnos.

La llegada del agua entubada sobre el año 70 marcó un antes y un después en la vida de nuestra población.

Llegó un momento en el que el agua de las balsas no era suficiente para abastecer la demanda del agua de boca. Iban con camiones cisterna a buscar agua al río Cinca, que luego se repartía racionada.

Recuerdo que en mi juventud había en cada casa pozos o pocetas, donde sacábamos un agua que no servía para beber. Era un agua blanda y un poco salada, pero nos servía para dar de beber a los animales que teníamos en casa, para aclarar la ropa que se lavaba a mano -entonces no teníamos lavadoras como ahora-, también la empleábamos cuando escobábamos la calle y para regar las flores-para esto la mezclábamos con agua buena-.

En verano refrescábamos la fruta y bebida medidas en un cubo o galleta dentro del pozo.

El agua de las balsas la traíamos con un carro que hizo el herrero con dos ruedas y cuatro agujeros, donde cabían cuatro cántaros.

Las mujeres siempre  la habían llevado en la cabeza con un cántaro, y algunas llevaban uno en la cabeza y otro debajo del brazo como la mujer de la fotografía

En casa el agua la guardábamos en tinajas grandes, unas en la cocina que nos servían para guisar y fregar, otras en el cuarto de la poceta o en alguna habitación fresca.

En el mes de enero se llenaban las tinajas para beber en el verano. Se decía que el agua era mas buena porque hacía frío y helaba y no había bichos, ya que en verano el agua sabía a barro.

Recuerdo que en algunas casas se hacían depósitos de cemento en el suelo del corral o almacén, que los llenaban con camiones cisterna y con un motor elevaban el agua a otro depósito en el granero ,y de éste se repartía por toda la casa.

Para solucionar el problema del agua, el gobierno impulso un proyecto para traer agua desde el canal de Monegros a Candasnos.

En aquellas fechas solo llegaba el agua canalizada  a la Cartuja de Monegros que dista del pueblo 42 Km.

Algunos en el pueblo estaban en contra porque las obras tenían un presupuesto muy elevado. El alcalde de entonces Miguel Turmo Lapena, mi padre, luchó contra  todos los inconvenientes posibles para sacar  el proyecto adelante; Candasnos y Peñalba fueron los primeros pueblos que tuvieron agua. Bujaraloz, La Almolda y Castejón no quisieron participar del proyecto.

Fueron trabajos muy duros y costosos, pero al fin lo conseguimos; el agua nos llegó y nos llegó con abundancia para todo: huertos, granjas, ganado, hoteles, y para la autopista, y aún sobraba un buen chorro para la fuente del cántaro, que se hizo en Valdeladrones.

Aquello fue la salvación para el 80% de los agricultores, que obtuvieron una mayor estabilidad económica, y por lo tanto,  también contribuyó a fijar la población que existía entonces en Candasnos. De no haber llegado el agua, evidentemente seríamos muchos menos habitantes en el pueblo.

“Candasnos, que obras más buenas hiciste, creaste riqueza, alegría y muchos puestos de trabajo”.

Este relato es un pequeño homenaje al empeño y a la labor de mi padre,  Miguel Turmo Lapena,  que consiguió traer el agua al pueblo, dándonos prosperidad y alegría.

María Turmo

Aquí ponemos unos simpáticos versos de Jesús Navarro Ballabriga , relacionados con el permanente problema del agua y una fotografía del barón de Romañá,  empresario promotor de los Riegos del Altoaragón hacia 1910 y al que hace mención.


 

         Esperanza

En su otoñal existencia,

mi abuelo ya me decía,

este terreno es un secarral,

la única solución que tiene esto,  es…

¡Que nos traigan el canal!

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Mi padre también decía,

que venían los diputados,

a levantar ilusiones,

pero lo que venían buscando era  el voto,

para las próximas elecciones.

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Hubo uno muy popular

Y que el pueblo recordará,

Y que todos juntos le pedían,

¡Agua! … Romañá

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Ha pasado mucho tiempo,

Ocho décadas….¡Quizás más!

La gente no se lo explica,

¡Que tanto se pueda aguantar…!

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Hasta en la balsa ya no ha agua,

¡Esto no tiene solución!

Pero…espera..mira, mira…

Que ya se nubla en el rincón.

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Después de tantas generaciones,

De padecer y emigrar,

Hemos llegado al final,

Ahora podemos decir gozosos,

¡Ya tenemos el canal!

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Ahora con la copla al aire,

Les tendrás que preguntar…

¿De dónde vienen los labradores?

Vienen…..¡de regar!

Y ¿Por qué vienen tan contentos?

Porque ya tienen…¡¡el canal!!

                Jesús Navarro Ballabriga (15-10-1925)