Archivos de la categoría ‘Actividad económica’

Candasnos

Candasnos

Candasnos  tradicionalmente se ha  dedicado a la actividad agrícola , agricultura  de secano (cultivo de cebada y trigo) y  al  pastoreo (ovino).

Las tareas del campo siempre fueron duras, agotadoras. Las faenas del campo y de la casa se distribuyen entre todos los miembros de la familia, cada uno en su papel colabora en el trabajo.

Alberto  Angás: «Desde muy jovencicos  había que ayudar en la casa. En la mía , por ejemplo,  al salir de la escuela por la tarde, lo primero la merienda y correr un rato por las calles y  después mi tarea diaria era  preparar el pienso para las mulas que pasaban la noche en las cuadras de casa. Todas las tardes había que subir al granero a por la cebada y repartirla por el pesebre, también era tarea mía poner el bozo a los cabritos -con esto sí que lo pasaba mal-, en la cuadreta  en donde estaban, no había luz y veía fantasmas por todas partes, pero había que hacerlo para que al día siguiente mi padre pudiera sacar leche de las cabras para la familia. A medida que ibas creciendo aumentaban las tareas y las responsabilidades»

Delfín Pena:  De crio ,para las vacaciones de la escuela, ya ayudaba en las labores del campo, recogiendo fajuelos, alimentando a la trilladora etc.

Las tareas ganaderas siempre fueron muy sacrificadas para los pastores del pueblo. Los sueldos eran bajos y las tareas duras.

Mercedes Pueyo-:»La vida de los pastores era  dura, a pesar de que en muchos casos era vocacional. Salían  de casa antes de hacerse de día, con frío,  con agua o nieve caminando hasta los corrales donde se quedaba el ganado por la noche, a varios kilómetros de sus casas,  tapados con una manta y como medio de  trasporte, como mucho, un borrico .Para los pastores no había domingos ni fiestas de guardar, alguna vez se tenía algún descanso, en fiestas mayores, por ejemplo y en enfermedades, pero eran muy escasas, la dedicación era completa».

siegaTeniendo en cuenta las diferencias que caracterizaban al mundo del trabajo, los varones se encargan mayoritariamente de las tareas en el campo y la ganadería ,encargándose las mujeres de las labores domésticas , que generalmente compaginan con la siembra, recolección , cuidado del ganado, etc

Como vemos ,las necesidades son tan grandes que se comienza a trabajar desde edades tempranas. Las condiciones laborales son duras, sin horarios, el trabajo llena los días sin apenas tiempo para otras actividades que no sean las vinculadas con la faena agrícola-ganadera .

La misa de los domingos y las fiestas- muy festejadas en Candasnos- se  convierten en encuentro para todos los habitantes, donde se rompía la rutina habitual. Los recuerdos sobre los bailes y reuniones que se organizan son muy entrañables.

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Rosa Ballestar: «En las fiestas teníamos baile por  la tarde y de nuevo por la noche. Recuerdo que durante muchísimos años vino a Candasnos la orquesta Ríos de Belver y luego las Estrellas Negras.

La  escasez del agua y por lo tanto, la  dependencia  de la  lluvia, tanto para regar los campos  como para el consumo  humano  y   del ganado  tenía a la población en vilo, Aljibeofreciendo constantes rogativas   a los santos .

Elena Blanch –“Me gustaría decir que recuerdo como en los años malos , ver sufrir a los agricultores , y todos mirando al cielo a ver si llegaba el agua , y aguantar y aguantar para poder ver regar los campos”

Fue en la década entre  los años  40 y 50 cuando tras fuertes sequías y malas cosechas, los vecinos del pueblo comienzan a emigrar forzosamente en busca de mejores oportunidades.

La necesidad de encontrar un mejor puesto de trabajo, vivir más dignamente, unas condiciones de vida mas adecuadas para sus hijos, son los motivos que impulsan a la población a emigrar, dejar su pueblo, a veces con su familia o solos.

Rosa Ballestar: «La mayor emigración de gente joven del pueblo fue entre los años 48 y 49.En nuestro caso la marcha fue el 29 de junio de 1949.Fuimos a Manresa a servir. Nos fuimos primero las dos hermanas y después el novio de mi hermana la mayor también vino a trabajar. Yo solo estuve 28 meses  porque mi madre se rompió el pie y tuve que regresar para cuidar de mi casa pues estaban mis abuelos, mis padres y hermanos.»

Construcción del Nou Camp

Construcción del Nou Camp

Muchos de los mozos marchan a otras regiones de España, pero la mayoría emigran a Cataluña; unos a trabajar  a la Barcelona Traction, compañía eléctrica popularmente llamada “La Canadiense”, los que disponían de tractores a los campos de   viñedos  de Manuel  Raventós ( cavas de Codorniu en el Penedés y  a  las de  Raimat en Lleida), otros trabajaron en  la construcción del Camp Nou de Barcelona, otros a trillar a diversas poblaciones catalanas , en fín, muchos fueron los que emigraron en busca de mejor vida.

En las cavas de Raventós

En las cavas de Raventós

Alberto Angás : Cataluña empezaba a despegar y muchos vecinos de Candasnos (mi hermano entre ellos),

Obras en Nou Camp

Obras en Nou Camp

marcharon con sus tractores a hacer desmontes en las obras que se hacían, primero por Lérida y luego en Barcelona, se trabajo en San Joan D´Espi para la Gallina Blanca, en el Camp Nou del Barça, en el aeropuerto del Prat. Al terminar yo la mili, fui a reemplazar a mi hermano Paco, ya que él se tenía que casar , por lo que continúe yo dos años más,.Trabajé en los lugares antes mencionados y también trabajé en las minas de potasa de Suria.

En el aeropuerto del Prat, comíamos donde comían los pilotos y el personal de allí, nosotros dejábamos un duro (5Pts) sobre la mesa y cuando pasaba el camarero, recogía el duro y nos servía la comida. Si había pollo, para nosotros eran las alas, los muslos eran para los pilotos. Un compañero de Alicante que era muy comedor, dejaba dos duros sobre la mesa y le servían dos raciones.»

Se pagaba muy poco de pensión y todo lo que se ganaba se enviaba a la familia para que pudiera seguir adelante. Si trabajaba algún fin de semana era para mí, con lo que gane en los dos años que estuve, me compre una motovespa.

En cuanto se pudo se volvió al pueblo.

Amparo Navarro– “Yo fui emigrante con la edad de 3 años. Mis padres decidieron ir a trabajar a un pueblo de la provincia de Lleida.

TractorMi padre compró una trilladora  en 1956 y se fue con amigos del pueblo a hacer la campaña de la siega. Al año siguiente volvió a ir, pero esta vez ya fuimos mi madre y yo, para prepararles la comida a todos los trilladores, pues el primer año no les fue muy bien donde comían. No fue hasta el tercer año, que ya decidimos quedamos durante  18 años. Allí encontramos muy buena gente y nos apreciaban mucho, todavía  aún hay personas mayores que se acuerdan de los maños ,que es como llamaban a mis padres. Yo con 17 años fui Pubilla de las Fiestas Mayores, que es lo mismo que Reina o Mairalesa aquí en Candasnos.

Como vemos, tras ellos van también las mujeres y los hijos. En muchos casos son las mujeres solas o con amigos o familiares las que deben desplazarse a las ciudades preferentemente “ a servir” ,desempeñando así un papel activo en la economía familiar . sin-tc3adtulo-16Algunas de estas personas estuvieron viviendo durante mucho tiempo en la ciudad sin casa propia, ya que se ocuparon en trabajos domésticos casi en régimen de internado conviviendo con las familias que las habían contratado, otras trabajando en  el sector servicios de la ciudad: bares, tiendas, fábricas, etc. hasta que logran independencia económica o se casaban.

Felisa Lacoma – “Yo me fui de Candasnos en el año 1951 cuando tenía 15 años. En  el pueblo no había trabajo y me fui  a  Cataluña: Lérida, Barcelona y de nuevo a Lérida tras una breve estancia por la costa Brava; también estuve trabajando en Zaragoza donde me fui para ocho días y me quedé dos años. Estuve sirviendo  en casas , algunas  conocidas por  mi familia y en otras no,  en Lérida trabajé en el Hospital General Moscardó (el actual Arnau de Vilanova) primero en la cocina y después en las plantas. Vuelvo a pueblo después de doce años  y para casarme.»

Marina Villagrasa– “Los hombres que  quedan en el pueblo   han de buscar trabajo en las poblaciones del entorno.Losminas de Mequinenza candasninos trabajaron en las minas de carbón de Mequinenza, en “camineros”  para construcción del túnel de Fraga en la Nacional II (como mi padre), o en la mejora del trazado de esta carretera.”

Delfín Pena: El 17 de junio de 1958 , a los 16 años empecé a trabajar con Seguridad Social  incluida. Fue en la pavimentación de la carretera general, y después en la variante de la » Cruzanzana. «

Marchaban a trabajar en bicicleta  hacia Fraga  y los sábados regresaban  a Candasnos para pasar el domingo con la familia. Mientras vivían en Fraga dormían en las casetas de las huertas o en los mases.

Carmela TurmoRecuerdo oír contar a mi padre que estando soltero vivía en un mas que estaba en la finca donde trabajaba. Después de las tareas agrícolas, arar, sembrar o recoger la cosecha, trabajos muy duros, aun le quedaban ganas de venir al pueblo en bicicleta a festejar a mi madre.

Después de casarse vivieron en el mismo mas. Con los años arreglaron la casa del pueblo donde nací yo y desde entonces vivimos en Candasnos.

Delfín Pena: El  1 de octubre de 1959 en vista de años malos que continuábamos pasamos y que  la agricultura no era cosa segura en aquellos tiempos, mi padre me envió a Lérida a   » Talleres Rufre «para aprender el oficio de mecánico.

sin-tc3adtulo-17Poco a poco se produce la mecanización del campo y la mejora en las cosechas ; es sobre la década de los 60 cuando algunos de los que marcharon comienzan regresar.        

Actualmente se está viviendo un gran cambio a causa de los nuevos regadíos y de la concentración parcelaria que se ha llevado a cabo.

Los tradicionales cultivos de secano han dado paso a otros largamente esperados como son el maíz, el girasol, la alfalfa, el sorgo, etc  que habrán de compaginarse con los anteriores.

En cuanto al  sector ganadero , actualmente está constituido principalmente por explotaciones intensivas de porcino, ovino, avícolas y pequeñas explotaciónes cunícolas.

A pesar de estos importantes cambios ,desgraciadamente no se ha recuperado la población que hubo antes de las migraciones. Muchos decidieron  instalarse  definitivamente en sus lugares de destino comenzando una nueva vida.

Grupo del CPEPA Bajo Cinca Taller de estudio de la localidad

CUANDO SE CONSTRUYÓ LA AUTOPISTA AP-2 A SU PASO POR CANDASNOS

Durante los años 70 y 80 las cosechas de cereal en Candasnos no es que fueran muy buenas . Pero por aquel entonces llegó el proyecto de la construcción de la autopista AP-2, que  ha sido y es una de las principales vías de gran capacidad de España, ya que permitió comunicar por el valle del Ebro, las zonas industriales de Cataluña.

Estaba en aquel momento de alcalde Miguel Turmo pero hubo cambio de Ayuntamiento y entró de alcalde Antonio Fortón.

El tramo aragonés de la autopista recorre unos 100 km de zona rural con un paisaje desértico alternado con regadíos. Las escasísimas entradas y salidas de la AP-2 en este tramo- sólo 4- ha supuesto que la AP-2 prácticamente no haya tenido efectos económicos beneficiosos en esta zona aragonesa, pero por suerte no ha sido así en el tramo de Candasnos, aunque mejor hubiera sido tener una salida-entrada de peaje.

En el año 1975 empezaron las obras  y entregaron el proyecto al Ayuntamiento de Candasnos. La empresa Areas fue la que entregó el proyecto para construir 2 cafeterías con tiendas de alimentación y regalos, y 2 gasolineras una dirección Zaragoza y otra dirección Barcelona.

Durante la ejecución de las obras  entró algún dinero en el pueblo, pues los restaurantes bares y algunas  casas particulares tenían gente hospedada. Las gentes del pueblo fueron contratadas en las diferentes tareas de la construcción de la vía,  tales como en  la compactación, encofrados con ferralla, cubas de agua para regar el pavimento, etc.

En la actualidad  muchos de nuestros jóvenes, son contratados temporalmente  para sustituciones en periodos vacacionales : verano, Navidades, Semana Santa, etc.

El día 1 de mayo de 1977 se inauguró la Autopista AP-2, y se crearon unos cuantos puestos de trabajo en el pueblo entre las cafeterías, tiendas ,gasolineras y limpieza de exteriores.

En hostelería trabajaban 35 personas, en las tiendas 6 ,en gasolineras 12, y limpieza exterior 2.

En la cafetería todavía hay 4 personas que trabajan desde el principio. Algunos han recibido la insignia de oro de la empresa. Los puestos de trabajo a pesar de la crisis se siguen manteniendo.

   Quiero destacar como trabajadora de la empresa que el trato hacia los empleados ha sido bastante bueno,  pues nunca nos ha faltado la paga ni ninguno de nuestros derechos.

Quiera Dios que con la crisis no recorten muchos puestos de trabajo, pues sería para el pueblo una  fuente   de ingresos menos, ya que en esta zona solo se cuenta con la agricultura .

Como curiosidad destaco la construcción del arco-monumento al meridiano “0” (de Greenwisch) en el punto kilométrico 84,800, entre nuestra localidad  Candasnos y Peñalba.

Elena Blanch

En el año 1928 , mi abuelo por parte paterna que  trabajaba en la compañía eléctrica Barcelona Traction,  llamada popularmente La Canadiense -a causa de su origen  canadiense-, fue destinado desde Torrente de Cinca , donde vivía  a Candasnos, a una  casa de campo a la cual llamábamos el Campamento.

A mi abuelo lo enviaron como capataz a cargo de una brigada que se dedicaría a instalar una línea de alto voltaje desde Serós hasta Escatrón. Cuando estalló la guerra en el año 39, en casa de mis abuelos se refugió mucha gente del pueblo. Con el tiempo se compraron una casa y unas hectáreas de terreno alrededor del Campamento. Mi abuela que era una buena persona recogía a toda la gente que mi abuelo le llevaba. Eran tiempos difíciles cuando vivían en el campo, pues mi abuela iba muchas veces a comprar todo lo que le hacía falta al pueblo andando.

En 1948 cuando no había mucho dinero en las casas de los agricultores de Candasnos, la compañía de la luz, le propuso a mi abuelo  si habría algún joven interesado en irse a trabajar con ellos para instalar las torres de alta tensión. El destino era el Valle de Arán y en el puerto de la Bonaigua estaban las oficinas y el almacén de suministros. Por medio de un pregón lo anunciaron. Que recordemos se fueron a trabajar siete personas del pueblo:

Andrés Mariñoso,José Ballabriga,Hermanos Villagrasa,Joaquín Cacho Fernando Ballabriga  y Esteban Mercadal.

Estos mozos salieron del pueblo el 17 de noviembre de 1948 para trabajar en la compañía eléctrica y continuaron en ella hasta que se jubilaron.Después el trabajo que hacía mi abuelo pasó a mi padre, pero él se dedicaba a pasar el parte del recorrido de la línea de teléfono desde Torrente de cinca hasta Sástago. Cuando trabajaba mi padre la compañía pasó a llamarse Fuerzas Eléctricas de Cataluña.

En el año 1959 volvieron a decirle a mi padre si quería ir alguien más a  trabajar  y entonces marcharon Tomás Guiu, Julio Vicente  y Oscar Lapena que también se jubilaron en ella.

De nuevo cambió el nombre de la compañía y pasó a llamarse Fecsa.

Mi abuelo José Blanch Cazador murió de viejo, pero su hijo, mi padre, murío de la luz a los 41 años en 1963.

Tengo que agradecer a los jefes de aquel momento todo el interés que pusieron en apoyar a mi madre y a nosotras. Los jefes le dijeron a mi madre que gracias a la reputación en el trabajo de mi abuelo y mi padre le quedaría una paga decente para sacarnos adelante a mí y a mis hermanas. Mi padre falleció haciendo la

instalación que pertenecía a otra compañía.

 

 

 

 

 

 

Ahora el campamento ha pasado a ser propiedad de Elena Blanch, en memoria y recuerdo de mis abuelos y padres José Blanch y Luisa Callén.

Es primero de octubre, tiempo de las almendras, pero  debido a la trasformación de nuestros campos de secano a regadío, hubo que hacer la concentración parcelaria y por ese motivo las plantaciones de almendros han desaparecido casi en su totalidad. En mi casa se conservan cuatro almendros a las orillas de la parcela de maíz, para consumo  de la familia, como que ya se han recogido del campo, estamos mi marido y yo mano a mano  limpiando o las almendras.Este trabajo me retrotrae a tiempos pasados, por lo menos a veinticinco o treinta años atrás, cuando las almendras se limpiaban con una máquina con motor y que dejaba muchas sin limpiarlas bien,  entonces  en el almacén, cerca de la máquina de ponía una mesa en la que se echaban paladas de almendras  de las que no limpiaba la máquina y a su alrededor seis u ocho personas entre padres, abuelos ,algún familiar o amigo que le gustaba echar una mano se acababan de limpiar a mano y se formaba una amena y distraída reunión.Es bonito de recordar pero también en estos recuerdos afloran las personas queridas, que  por edad y otras circunstancias ya no están entre nosotros .
Este episodio del escosque de las almendras en ese tiempo que  se está muy bien en la calle que todavía hace calor, resultaba muy agradable, no así el ir al campo a cogerlas, a mí  personalmente me sentaba fatal esta tarea, siempre íbamos después de comer, cuando los críos marchaban a la escuela o antes, si estaba la abuela cerca, llegábamos al campo  con un calor horroroso, el calor era malo, pero ¡ojo¡ las moscas que te comían viva. Por aquel entonces había en el pueblo un sargento de la guardia civil, que su señora la Avelina tenia amistad con mi cuñada, pues las dos eran del mismo pueblo Aragüés del Puerto .A esta mujer le encantaba venir a coger almendras y hasta el sargento venia algunas tardes ,eran muy buena gente y nos hacían pasar las tardes mejor.A pesar de los pesares  había que hacerlo, en secano es una  de las cosas  que se cultivan y contentos el año que había cosecha, que la mayor parte de los años se helaban y también dolía contar con un ingreso menos.
Con las almendras lo de la rentabilidad, todavía ha sido peor que con las olivas, hace por lo menos 40 años que llevan el mismo precio y hace mas de 20, que si no se habían helado, se dejaban en el campo porque se perdía dinero.Les decíamos a nuestros hijos adolescentes por aquel entonces y antes de empezar en el instituto, que si querían coger algo de almendras, el dinero seria para ellos, lo hicieron algún año, pero el  dinero que sacaban creían que no compensaba el esfuerzo, así que, prefirieron ir los veranos a bares o restaurantes que sacaban más dinero para ayudar en sus estudios.
Estos son recuerdos, quizá un tanto personales, pero creo es lo más parecido al común de como se vivía en las demás familias.
M.P.

En Candasnos, como en casi todos los pueblos de los Monegros y  por consiguiente, territorios extremadamente áridos y secos, sus cultivos tienen que ajustarse  a las condiciones de su aridez y escasa lluvia.
En las casas de labranza o que se tuviera un poco de tierra, era normal tener una viña con almendros ,olivos y algún que otro árbol frutal, como albaricoques, higueras y una especie de melocotón que le decían abridores y alguna que otra cosa más.
Mi abuelo que no fue labrador y ya estaba jubilado, tenía un pequeño huerto en el monte alto. Al pie del tozal estaba la higuera, que era muy grande (para mí era la higuera más grande del pueblo), a la derecha de la higuera, el pequeño huerto con los frutales anteriormente mencionados, también sembraba garbanzos y alguna que otra hortaliza, todo ello lo regaba con agua de lluvia que recogía en una poza que él hizo. Por la orografía del terreno era fácil recoger el agua de la lluvia, tanto allí, como en la curanzana (Cruzanzana)  donde tenía otro minúsculo huerto, todo ello, era cultivo de subsistencia y entretenimiento, lo que aportaba era muy poco, pero entre los años 1940 y 50, todo venía bien.
Yo que por aquel entonces  era una cría, me  gustaba mucho pisar las matas de garbanzos para desgranarlos, bailando sobre ellos se conseguía que los garbanzos salieran fácilmente de las vainas, los aventábamos y los guardaba mi madre en  pequeñas bolsas de tela.
Mis vivencias sobre  la tarea de la recogida de las olivas, cuyo aceite siempre ha sido muy apreciado por todos, comienzan a partir  de principios de los sesenta, que es cuando me casé.
Los agricultores, que contaban con mas tierras, ya tenían plantaciones más o menos grandes de olivos y almendros, entre estos estaba la familia de mi marido y aquí sí, que había tajo para la recogida de estos frutos, además de los miembros de la familia, había que recurrir a cuadrillas de personas para ayudar y  que la recogida, no se eternizara. A estas personas se les pagaba un jornal por día o tarde trabajados.


Cuando el día era soleado y el frio llevadero, resultaba una tarea amena distraída y se pasaba bien, se solía ir todo el día, nos llevábamos la comida, normalmente se desayunaba en casa, pero algunas veces, también, se hacía en el campo, al calor de las buenas fogatas, que los hombres hacían dentro de las  casetas, que solía haber por los olivares, también se hacían buenas hogueras fuera y al mediodía, si el tiempo lo permitía, se comía allí mismo, al calor de la hoguera.
Dentro de la caseta o fuera de ella, siempre cerca del fuego, comíamos y reíamos con los chismes e historietas,  que contábamos unos y otros.
Los jornaleros y mayormente jornaleras, que nos acompañaban  en estas tareas, eran personas muy entrañables, una de ellas se llamaba Consuelo (para todo el pueblo la Consolito) ,muy buena mujer, pero en su ingenuidad y simpleza aparente (que no era real) nos hacía reír con sus historietas, las tenia de todos los colores, cotidianas, de su día a día, con su marido Francisco ( personaje  curioso, donde los haya)  y otras, como algunas de las vivencias que le tocó protagonizar en tiempos de la Guerra Civil, que  no estaban carentes de dramatismo ,pero que contadas por ella no podías dejar de sonreír.
Compañera de fatigas era la Teresa (para todos la tía Casta), se la llamaba así porque su marido era el tío Casto. Esta mujer estaba llena de picardías más o menos subidas de tonos verdes, y ya se sabe, la animación estaba servida,  de esta manera el trabajo parecía  menos duro y las escaleras y las  borrazas nos pesaban menos.
Llamábamos borrazas a las sábanas o telas que extendíamos en el suelo, para que las olivas al peinarlas cayeran sobre ellas. Para cambiarlas de árbol, las cogíamos entre dos o  cuatro personas, si había poca oliva no había problema, lo malo era cuando ya estaban demasiado llenas y además mojadas por la escarcha que había en los olivos, esto originaba algún rifirrafe con los hombres, que se hacían el remolón para echar las olivas en los sacos, posteriormente las sabanas fueron y son de malla de plástico, resulta mucho mas fácil.
No todo resultaba así de fácil, yo recuerdo coger olivas a temperaturas muy bajas, con unos chupones que colgaban de las ramas de las oliveras, mientras, seguía helando, estábamos secos, llevábamos guantes y a cada rato nos calentábamos en la hoguera, lo malo era cuando empezaba a calentar el sol y el hielo se deshacía, entonces  se nos mojaba la ropa y en algunos casos había que dejar que se secaran las oliveras, porque hasta para los árboles ,no era bueno trabajar en esas condiciones.
En el presente, aun se siguen cogiendo las olivas de manera artesanal, pero son los menos. Si la propia familia no se las puede coger, dejan de ser rentables. Debido al envejecimiento de la población y de que la juventud  se ha ido o que no están por estas labores, se hizo algunos años a medias  con grupos de jubilados aun jóvenes, también personas de raza gitana, que se dicaban a ello, y ahora, ni eso, si se tiene que buscar jornaleros con los sueldos que se pagan, es preferible comprar el aceite, ya que con las grandes plantaciones de olivos en regadío hay tanta superproducción que el aceite está muy barato y no compensa.
Hoy en día aun hay quien puede coger las olivas como siempre, el clima es mucho más benigno que antes y es una tarea bonita
M.P

LAS CASETAS DE LA VIÑA DEL TÍO TOBO

Existen en nuestros montes unas construcciones en la partida de las “Menorcas” que no tienen un gran valor histórico ni antigüedad datada, pero tienen un valor desde el punto de vista antropológico, esto es, de los usos  y costumbres de las generaciones que nos precedieron.

En Candasnos, esta construcción es típica de las viñas; están hechas con losas, piedras planas que se extraían del mismo campo; de esta forma,  lo mantenían limpio y con ellas construían además un muro. Su finalidad era la de resguardarse del mal tiempo. Las orientadas al norte protegían del bochorno y las tormentas procedentes del sureste; las orientadas al sur-sureste protegían del cierzo procedente del norte. Estas casetas de losas de piedra también servían para guardar todas las herramientas que empleaban para las labores de la viña.

En general  la estructura era la siguiente: la viña estaba rodeada de un muro de piedra y en cada esquina se construía una  caseta como las que aquí menciono.

En la actualidad, éstas son las únicas que todavía permanecen en el monte de Candasnos.

A LOS ABNEGADOS PASTORES DE CANDASNOS

La vida de los pastores de ganado ovino, en el recién comenzado siglo XXI, tanto en este pueblo de Candasnos como en cualquier otro, nada tiene que ver con la actividad de los pastores de épocas anteriores . Relataré mi experiencia sobre su vida en los años cuarenta , que son los años de los que yo, puedo contar algún que otro recuerdo vivido con mi padre y mi tío,  que durante toda su vida, la dedicaron a ese menester.

Algunas de las cosas que me contaba  mi padre es que a los 7 años ya iba con su abuelo de rebadán, que es como se les llamaba a los ayudantes de los pastores. También recuerdo que presumía mucho de que cuando fue mayor,  mientras algunos de sus hermanos se iban de ronda a las tabernas o a las plazas a charrar y pasarlo bien, él iba a las clases de adultos , que daban por la noche los mismos maestros que las daban a los niños por las mañanas, esto era común en muchos personas adultas que no tuvieron ocasión de ir a la escuela cuando tocaba, porque era más importante llevar algún dinero a la economía familiar,  sumamente precaria en los años que mi padre vivió estos episodios  (mi padre nació en 1900 y murió en 1997). Esto ocurría en los primeros años del siglo pasado, cuando una sardina de cubo se repartía para tres.

Mis recuerdos parten desde finales de los 40 hasta los 60 más o menos. La vida de los pastores, para los que tenían vocación para ello, la amaban, pero eso no quitaba un ápice de lo duro que era salir de casa antes de hacerse de día, con frío,  con agua o nieve caminando hasta los corrales donde se quedaba el ganado por la noche, a varios kilómetros de sus casas,  tapados con una manta y como medio de  trasporte, como mucho, un borrico (viéndolo en la distancia, todavía es más duro).Recuerdo una vez que nevó mucho, mi padre llegó a casa a las 10 de la noche, no se veían los caminos en la noche debido a la nieve y se extravió, lo pasó mal y en casa también.

Para los pastores no había domingos ni fiestas de guardar, alguna vez se tenía algún descanso, en fiestas mayores por ejemplo y en enfermedades, pero eran muy escasas, la dedicación era completa

Tengo recuerdos bonitos de mis 7 u 8 años y en tiempos de primavera, en que  los pastores y los rebaños  se acercaban a los campos que rodeaban el pueblo, para que las ovejas comieran la hierba. En esos escasos días, mi madre preparaba la comida y cuando salíamos de la escuela mi hermana y yo junto con mi madre, la llevábamos a donde estaba mi padre, eso para nosotras era más que una fiesta.

Los pastores junto con el burro, tenían dos ayudantes imprescindibles, el perro y el palo, esto último además de elemento intimidatorio para los animales, les permitía, cazar algún conejo o liebre, que venía muy bien para la economía familiar. Al perro, se le apreciaba tanto como a uno de la familia, les quitaba mucho trabajo con el ganado, un buen perro de pastor era imprescindible, uno de los que tenía mi padre estaba tan identificado con él, que si nuestro padre se mostraba cariñoso con nosotras, nos ladraba, porque nos tenia celos. El burro además de taxi lo utilizaban para llevar a algún cordero recién nacido, la época en que parían las ovejas, requería mucha dedicación y trabajo. En la casa de los pastores, no faltaba la leña, sobre todo en invierno. Todas las tardes, ya de noche, llegaba mi padre con el burro cargado con dos fajos de leña, de romeros y  otras leñas, tampoco se despegaban del morral o zurrón, que lo hacían ellos mismos con piel de cabra.

Me gustaba mucho también, cuando llegaba el mes de mayo y tocaba esquilar a las ovejas. El pueblo estaba animado,  los pastores traían los rebaños a las parideras, para que las cuadrillas de esquiladores, procedentes de un pueblo de la provincia de Teruel, de Visiedo, las esquilaran. Nos gustaba ver como lo hacían, con qué destreza formaban unas bolas con la lana, que les llamábamos  “velleros”. La lana  representaba una parte de los ingresos procedentes de las ovejas, con ella se hacían los colchones , se hilaba para hacer peales y jerséis y más prendas de abrigo. Aquí en Candasnos, como no tenemos río, íbamos a lavar la lana a los pozos, un lugar en el monte que manaba agua y también a la ValCuerna, un barranco que por lo general siempre bajaba agua. Yo recuerdo ya en los años… cerca de los 70 del siglo pasado, que debido a una gran sequía, que no salía agua por ningún sitio, de ir a lavar la lana al rio Alcanadre en Ballobar.

La mayoría de los agricultores, más o menos pudientes, tenían ganado, los que carecían de bienes, o emigraban a Cataluña o hacían de pastores; aparte de algunos oficios, había poco dónde elegir. En general,  los sueldos de los pastores  eran muy bajos, yo recuerdo vagamente, que se ganaba entre las 7 Pts. y posteriormente unas 13 ; también les daban trigo, para el pan de todo el año (según el número de miembros de la familia llegaba  o no el pan para todo el año y además había que contar también con los perros).

Para San  Miguel, 30 de septiembre, era cuando se afirmaban, es decir,  se renovaba el contrato con los amos (así llamados los patrones). Se solía oír comentar entre los pastores, ¡mira sigo en la misma casa!, a otros, pues que no quiere subirme el jornal ¡pues lo dejo!. La mayoría de los pastores seguían muchos años en la misma casa, algunos toda su vida.

Al pastor se le permitía tener ganado propio, junto con el del “amo “, una pequeña cantidad, entre 10 y 20 cabezas más o menos, eso les permitía sacar unos duros, cuando vendían algún cordero.

En todos los rebaños había cabras y cuando parían, mi padre, nos traía requesón, casi siempre teníamos leche. En las temporadas que estaba abundante y nos sobraba, mi madre la vendía o la regalaba a alguna familia destacada del pueblo. Para Mayo, también se escodaba a las corderas y recuerdo de comer las colas con una salsa que hacia mi madre.

Había otras cuestiones relacionadas con el pastoreo, pero era concerniente a los ganaderos, yo me tendría que documentar para ser objetiva, es sobre  las partidas que se sorteaban entre los ganaderos cada año o equis años.

También había una parte del monte llamado  “Omprio” en el que podían entrar todos los ganaderos, también creo que aquí concentraban a los mardanos de todos los ganaderos para evitar que cubrieran a las ovejas y así controlar el número de partos en el año.

Por todas las partidas había balsas o depósitos para beber el ganado, cuando venían por el pueblo, lo hacían en la Balsa de las Mulas.

Pese a todas las precariedades y sacrificios que vivieron durante su oficio de pastores,   se sentían muy  orgullosos de su oficio y del trabajo bien hecho, por lo menos  los pastores que yo he conocido.

Todo esto ha pasado a la historia, ya hace por lo menos un cuarto de siglo que las personas del país ya no quieren ser pastores, salvo algunas excepciones, a pesar de que ahora van con coche o los llevan a los corrales los dueños. Ahora la mayoría de los pastores son inmigrantes  de origen subsahariano  y norteafricanos pero cada vez quedan  menos. Los ganaderos se venden el ganado ,que ya no es rentable en estos tiempos y ni siquiera  se aprovecha la lana. La carne de cordero  ha dejado de estar entre las preferentes y si ha aguantado más ha sido por las subvenciones.

Este pueblo de Candasnos llegó a contar  con una cabaña de entre 12 ó 14 mil ovejas,  a fecha de hoy, posiblemente no haya ni 2000 cabezas de ganado .

!En fín! Este es mi pequeño homenaje a un oficio tan sacrificado y tan  querido por mi familia.

Mercedes Pueyo